Los momentos más intensos de la temporada 4 de ‘La Casa de Papel’
Desde su estreno en 2017, La Casa de Papel se volvió un fenómeno mundial. La serie de Netflix es una de las más populares de la plataforma y un referente de las producciones españolas. El estreno en abril de la cuarta temporada nos dejó un mar de preguntas sin responder sobre cómo terminará el asalto al Banco de España.
Los fanáticos de La Casa de Papel han creado toda clase de teorías sobre lo que vendrá en la serie con la quinta y última temporada. Con la intención de mantener cautivos a los fanáticos, los creadores de la serie han buscado novedosas vertientes que sorprendan.
La cuarta temporada va poco a poco respondiendo algunas de las preguntas que habían quedado pendientes al final de la tercera temporada. La Casa de Papel combina la narrativa presente en el interior del banco con una serie de flashbacks. Este ir y venir de momentos permite a los creadores de la serie la libertad de explicar todo lo que necesitamos saber en el momento preciso.
Sabemos que la espera entre temporadas puede ser tortuosa. Por eso aquí repasamos los mejores momentos de la cuarta temporada para que conserves las ganas de seguir viviendo en lo que llega la quinta temporada.
El destino de Nairobi
El final de la tercera temporada nos dejó con la intriga sobre si Nairobi continuaría con vida después de ser gravemente herida con un disparo en el pecho. La bala se aloja en uno de sus pulmones, lo que la pone en un estado muy delicado. Sin embargo, el grupo decide que sea operada para intentar salvarle la vida.
La encargada de realizar la operación es Tokio, quien recibe indicaciones por medio de una videollamada de un doctor pakistaní. Las cosas empeoran cuando la policía corta la conexión a internet, por lo que Tokio tiene que enfrentar el final de la operación sola.
Acciones desesperadas
Como El Profesor necesita información de primera mano para saber si Lisboa sigue viva, decide visitar junto con Marsella a uno de los miembros del cuerpo de policía. Cuando entran a la casa de Antoñanzas, apenas logran intercambiar algunas palabras con él cuando el policía decide que la mejor opción para escapar de ellos es saltar por la ventana.
Antoñanzas se lanza desde un segundo piso con la intención de llegar a la piscina. Sin embargo, las cosas no le salen como las imaginó y se golpea con el trampolín antes de caer al agua y queda inconsciente. Posteriormente veremos que Marsella alcanza a llegar a tiempo para rescatar a Antoñanzas, que sale del agua con tan sólo una herida en la frente.
A prueba de bombas
Gandía escapa de las esposas, por lo que Río y Denver se dan a la tarea de encontrarlo. Sin embargo, Gandía los encuentra primero e intenta deshacerse de ellos lanzándoles una granada mientras ellos están en el ascensor.
Sin siquiera intentar huir o lanzar fuera el artefacto, Río coloca su casco y su chaleco antibalas sobre la granada e incita a Denver a hacer lo mismo. Ambos se colocan sobre la granada cubierta para intentar minimizar la explosión. El estallido retumba por todo el Banco de España, pero ambos personajes salen ilesos – salvo la sordera momentánea.
A prueba de balas
Río y Denver no son los únicos que parecen enfrentar el peligro de frente. Cuando Palermo y Helsinki llegan a ayudarlos, reaparece Gandía y dispara sin parar. Estocolmo y Bogotá también llegan a ayudar y la ola de disparos aumenta. Gandía sale del fuego cubriéndose con dos pistolas y desaparece por el ducto de ventilación.
En su escape se encuentra con Nairobi, la mata y emprende su huida hacia el bunker. Denver lo persigue y consigue lanzarle una granada. Después de la explosión de la granada no se encontraron rastros de Gandía. Pese a recibir el impacto consigue salvarse. Vaya que Gandía es duro de matar.
El último engaño
Al final, El Profesor vuelve a conseguir material del ejército. Nada menos que un enorme helicóptero piloteado por Marsella. Este es el transporte que El Profesor tiene preparado para que Lisboa se reúna con Tokio, Denver, Río y compañía para que el atraco siga su curso en la siguiente temporada.